Por Javier Jiménez

    Un anciano beduino al morir dejó a sus tres hijos los 17 camellos que disponía, en la siguiente proporción: al mayor 1/2, al segundo hijo 1/3, y al menor 1/9. Al hacer las cuentas los herederos vieron que al mayor le tocaban 8,5 camellos, al otro 5,6 y al menor 1,8. Lógicamente no querían matar ningún camello, y le plantearon el problema a otro beduino que había hecho un 'master' en economía en la Universidad de Fez. Éste, una vez estudiado el problema, les comunicó que por tres monedas de oro, el les resolvía el problema y además les regalaba un camello. Así lo hicieron, de modo que al repartir los 17+1 camellos, al mayor le tocaron 18* 1/2 = 9; al segundo 18*1/3= 6, y al menor 18*1/9= 2. Al comprobar los beduinos que les tocaban más camellos que inicialmente y que aún así les sobraba un camello (9+6+2 dan 17), y que no habían tenido que matar ninguno, le devolvieron el camello al futuro empresario.

    ¿Cómo es posible?