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LO DIJO...

J. Ortega y Gasset  
 
Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar lo que enseñas.
 
El Paraíso de las Matemáticas - Historia ~ Ramanujan. La matemática hecha Intuición
.: Historia :.
Omar Khayyam

18/Mayo/1048. Nishapur, Persia (actual Irán)
4/Diciembre/1131. Nishapur, Persia (actual Irán)

    Son pocos los datos que tenemos de la infancia de este ilustre matemático, y la mayor parte indirectos:

    Sabemos que era persa, y que fue alumno de La Academia de las Ciencias, en Bagdad, popularmente conocida como “La Casa de la Sabiduría”.

    Fundada por el califa abasida Harun Ar-Rashid, por todos conocido gracias a “Las mil y una noches”, su segundo hijo Al-Mamún llamó a ella a Al-Korezmi (hacia el año 820), cuando ya el maestro tenia mas de 60 años y estaba completando un tratado sobre Al-jebr w’al muqubala –la unión de los contrarios- que le había sido encargado por el ministro del sultán hacia ya unos años. Los ayudantes le llamaban, para abreviar, Álgebra. Su tarea era copiar los comentarios dictados por el maestro, hacer los cálculos indicados experimentales cuando él así lo indicara y buscar en otros libros cuantos datos pudiera él precisar. A cambio de lo cual, por las tardes, Alí debía instruirles durante tres horas en la ciencia de las matemáticas y proveerles la alimentación.

    “Las matemáticas –decía el maestro Alí a sus discípulos con frecuencia- son el puente que pasa de lo desconocido a lo conocido. Y son el único puente”. Explicaba a sus alumnos que el sabio Abu Rayhan Biruni en el primer capítulo de su tratado sobre astrología decía que el conocimiento de los astros es una ciencia, y que la predicción de los ciclos de los acontecimientos políticos y los cambios de fortuna de las ciudades, los príncipes y los hombres, constituye un empleo especial de tal ciencia. Luego se puede llegar a la perfección en el conocimiento de los astros sin pronosticar, pero no se puede llegar a pronosticar sin el conocimiento perfecto de los astros. Y Ali enseñaba a sus alumnos astronomía, pero no astrología. No podía decir que desdeñaba la astrología, puesto que hubiera sido tanto como ofender al califa, que tenia su astrólogo oficial, al que consultaba antes de tomar sus decisiones políticas, decía que “para Alá todo es posible”, pero él estaba dedicado por entero a completar su libro.

    En la Academia de las Ciencias nunca se enseñó astrología, pero sí, entre otras cosas, matemáticas y astronomía.

    Omar, huérfano de Ibrahim, el fabricante de tiendas, tenía muy pocos recursos económicos, y dedicaba parte de las escasas horas libres que se les permitía a los alumnos a hacer predicciones, con las cuales conseguía algún dinero. Inquieto el pueblo porque se había declarado la guerra entre el sultán Alp-Aislan (“El León” como le llamaban sus súbditos, los turcos selyúcidas) y el Emperador de Constantinopla, pidieron a Omar que hiciera la predicción del resultado de aquella contienda, y Omar la hizo, asegurando que, según decían los astros: “La batalla decisiva la ganarían los creyentes, pero ambos contendientes morirían en muy breve plazo de tiempo”.

    En la gran batalla, decisiva para la contienda,(Mantziker, hoy Malazgirt, año 1071), el infiel Emperador de Constantinopla, Romano IV Diógenes, salió derrotado y fue hecho prisionero, pero el sultán, prefiriendo la paz a la venganza, le indultó y devolvió a Constantinopla, donde fue cegado y destronado por su propio pueblo. Poco mas tarde el sultán moría asesinado por un cautivo(1072 del calendario cristiano), y la fama de Omar, que había acertado en su triple predicción, llegó al visir Nizam al-Mulk, que actuaba como primer ministro, quien, queriendo obsequiar al nuevo sultán, Malek-Shah, (“Cachorro de León”) con un nuevo calendario con el que iniciar su gobierno, consiguió para Khayyam el cargo de astrónomo real, le proveyó de cuantos aparatos solicitó, de una torre en su ciudad natal, Nisapur (o Naishapur), antiguo torreón de la muralla que fue adaptado para convertirse en su residencia y además observatorio astronómico, de matemáticos a sus ordenes ... y de un sueldo excelente. El problema del calendario era grave: aquel por el que se regían, lunar, había ido separando, poco a poco, las celebraciones de recogida y siembra de las cosechas respecto a las auténticas fechas, de tal modo que se daba gracias a Alá por la feliz cosecha antes de recogerla, rogaban a Alá para que la cosecha que sembrarían fuera fructífera cuando ya la habían sembrado, etc. El nuevo calendario estuvo completado en pocos años, y, hoy sabemos que Omar Khayyam cometió un error de 19 seg. en el cómputo de la duración del año. Téngase en cuenta que, cuando se hizo el calendario gregoriano (1582), que aún hoy usan todas las naciones cristianas, menos las que siguen el cisma griego, el error en el cómputo del año fue de 24 seg.. El sultán quedó tan satisfecho que nombró a Omar “Astrólogo real”, cargo este que era el tercero en importancia política del país, tras el mismo sultán y su primer ministro, pero su calendario le enemistó con el Ulema de la Corte (máximo cargo religioso), por romper con las tradiciones. Pero Khayyam conservó el cargo mientras el sultán (1072-1092) permaneció en el trono: escéptico total, hacia sus predicciones basándose en que “las estrellas no dicen nunca tonterías” y tras consultar la situación política con el primer ministro.

    Omar, en su delicioso retiro de Nisapur alternaba sus días entre austeros trabajos y fáciles placeres. Estos momentos felices fueron los que determinaron que, al albur de su fantasía, y de manera expansiva, compusiera las cuartetas que nos han llegado con el nombre de “Rubaiyats”, y que pasaban de boca en boca por todo el país. Hoy están traducidos a cuarenta idiomas. Algunas muestras:

¡Vino!. Lo creó Dios. Es de las más hermosas
muestras de su poder. ¿Quién será, pues, el tonto
que lo desprecie?. ¿A qué privarnos de él si es bueno?
Si es malo, ¿qué bellaco será el que lo ha creado?

¡Vino!. Tú logras siempre que se embrollen con lógica
los setenta y dos sabios que sin cesar discuten.
Eres el alquimista que transmutas en oro
ese plomo de nuestra cotidiana existencia.

Dicen que aquel que bebe por siempre se condena.
Si es cierto que al que gusta del placer y del vino
condenan al Infierno, has de encontrar un día
el Edén liso como la palma de la mano.

Recuerdo que una tarde observé a un alfarero
en un bazar. Le vi como amasaba el barro
con los pies, y a mi oído llegó una voz doliente
que decía:”¡Cuidado! Lo mismo que tú he sido.

La vida es un tablero de ajedrez, donde el Hado
nos mueve cual peones, dando mates con penas.
En cuanto acaba el juego, nos saca del tablero
y nos arroja a todos al cajón de la Nada.

¡Como, oh Dios, al amor nos incita este joven!
e diste aroma de ámbar y un pelo cual jacinto.
¿Nos impides su goce? Es cual si nos dijeras:
“Vuelca la copa llena, mas no viertas el vino”.

Conocí un ser extraño... No era infiel ni creyente,
no era humilde ni rico, ni aceptaba la duda,
ni aceptaba la ley, ni a Dios amaba. Pero,
¿es posible que exista persona semejante?

No dejes de aceptar cualquier goce que pueda 
ofrecerte la vida. No creas que haya alguien
que cuente nuestros vicios y virtudes. Desprecia
lo que robarte pueda un momento dichoso.

Confieso que si he entrado, devoto, en la mezquita
no ha sido solamente para orar, sino porqué
cogí hace ya algún tiempo de allí un tapiz hermoso.
El tapiz se hizo viejo... y he vuelto a la mezquita.

Todos saben que nunca susurré una plegaria
que nunca he intentado encubrir mis defectos.
No sé si existe una clemencia, mas si existe
me siento perdonado, pues sincero fui siempre

FIN de la recopilación poética.

    Sus estudios le hicieron prontamente un astro de primera magnitud en el firmamento científico de la época. Parece ser que descolló, además, en las Ciencias Naturales, Ética, Metafísica y Derecho, pero su mayor reputación como científico la alcanzó como matemático y astrónomo. Además Khayyam, utilizando su cargo político, envió emisarios a Grecia, Egipto, las islas del Egeo y la antigua Caldea, para que recuperaran cuanto no se hubiera perdido todavía de la ciencia de los antiguos, y los escritos hallados los transfirió a la Academia de las Ciencias para que se tradujeran al árabe. La traducción de documentos científicos antiguos, que les habían llegado en otras lenguas, fue actividad normal en “La Casa de la Sabiduría” desde su fundación. En árabe llegaron, años más tarde, a la Escuela de Traductores de Toledo, fundada por Alfonso X el Sabio, y allí fueron traducidos al latín y dados a conocer en Europa.

    No es de sorprender que Khayyam, primero con su calendario y más tarde con sus poemas, se ganara la enemistad de todos los Ulemas del mundo árabe. Cuando el sultán falleció (1092), Khayyam tuvo que huir de Nisapur disfrazado de simple camellero; su observatorio , sus libros y sus escritos fueron quemados. Aunque más tarde pudo regresar y se conserva su tumba en Nisapur, su trabajo de 20 años y sus aparatos de observación astronómica se habían perdido.

Historia
   Definición: f. Narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados.
  En pocas palabras, historia de las matemáticas, biografías, galería de genios, etc.

Bibliografía

Título: Omar Khayyam.
Autor: Harold Lamb. Editorial Apóstrofe. (1996)

Título: Rubaiyat.
Autor: Omar Kheyyam. Editores Plaza y Janes S. A. (1975)Diccionario Enciclopédico Salvat (1969)

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