La respuesta es más simple de lo que parece. Los cinco panes fueron cortados en tres trozos cada uno, es decir, quince trozos en total. De éstos, nueve correspondían al primero de los beduinos, mientras que al segundo le pertenecían seis. Si los tres comieron la misma cantidad, es decir cinco trozos cada uno, se tiene que, el que tenía tres panes, comió solo cinco trozos y le convidó al tercer beduino a cuatro. Mientras, el que puso sobre la mesa dos panes, también comió cinco trozos y solo le entregó uno al tercer beduino. Y es que a la hora de cobrar no había que tener en cuenta el número de panes que ponía cada uno, sino del número de trozos a los que habían convidado al tercer beduino.
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