La primera vez que la gente ve los trabajos de papiroflexia se queda
atónita. Esperan el típico barquito, pero en lugar de eso se encuentran
con una figura tan elaborada que no parece posible que pueda construirse.
¿Una mariposa con cuatro alas, seis patas, dos antenas, una cabeza
y una cola... hecha sin cortar ni pegar ? Dudoso. ¿ Un caballero
negro en un caballo blanco conseguido con solo una hoja de papel
? Poco probable. ¿ Una serpiente de cascabel de 90 centímetros de
longitud a partir de una hoja cuadrada de 25 centímetros ? ¡Imposible
! Para hacer objetos (los aficionados les llaman modelos) tan complejos
como estos se recurre a una tradición con siglos de antigüedad en
la historia de la papiroflexia, añadiendo capa por capa
de complejidad a las sencillas formas creadas por los antiguos maestros
japoneses. Los japoneses inventaron la papiroflexia
hace más de mil años. Le dieron el nombre de Origami y la
dotaron de principios estéticos surgidos del corazón de su cultura.
Unos cuantos
pliegues sencillos evocan un animal ; si se modifica ligeramente
la secuencia, aparece una bestia completamente distinta. Para la
sensibilidad japonesa, el éxito de una figura Origami depende del
ojo de su creador para la forma, la estructura y la proporción.
¿Llega a capturar la forma verdadera de la criatura
? ¿Sugiere la forma de moverse del animal, su zancada, deslizamiento o galope ? Y por ultimo, ¿es una mera reproducción
del original o ahonda más profundamente en su carácter
esencial ? Para el matemático, la belleza del origami
es su simple geometría. Latentes en cada trozo de papel hay
patrones geométricos , combinaciones de ángulos y radios que permiten
a la hoja asumir interesantes formas. El matemático se pregunta
: ¿ consigue el diseño final mayor utilización de la geometría existente
? ¿Es elegante el procedimiento de doblado, con líneas duras, dobleces
compactos, proporciones sencillas y regulares ? ¿ No hay papel desperdiciado,
grosores desagradables o dobleces arbitrarios ? ¿Se sirve a la utilidad
en cada paso ?
Un verdadero trabajo de Origami ejemplifica tanto los patrones de
belleza del artista como los del matemático. Se realiza a partir
de un cuadrado de papel sin cortes. Es anatómicamente exacto
- un requerimiento americano, no japonés - aunque sugiere
más de lo que muestra. Emplea técnicas de doblado que son a menudo
inesperadas pero nunca arbitrarias, y cuya lógica
puede ser comprendida por un espectador solo cuando
se haya completado la figura.
Los modelos tradicionales de derivan de cuatro bases fundamentales.
Base en un termino que los aficionados japoneses utilizan para denominar
las formas geométricas que dan lugar a un variedad de modelos.
Los
japoneses desarrollaron cuatro, conocidas como la base de la cometa,
la del pez, la del pájaro y la de la rana. Cada base ofrece una
configuración diferente de pliegues que pueden utilizarse para representar
partes de un animal : cabeza, cuellos, brazos, piernas, alas, cuernos,
antenas, cola. La base de cometa tiene un pliegue, la del pez dos,
la del pájaro cuatro, y la de la rana cinco.
Pero las ¿
es posible que estas cuatro sencillas bases acaben con el potencial
del cuadrado? ¿Es todo lo que el Origami puede ofrecer?
El mundo a nuestro alrededor es geométrico. Las resquebrajaduras
en la porcelana casi siempre se cruzan en ángulos de 90 grados.
Los pétalos de un girasol y los cuernos de una cabra montesa crecen
en espirales logarítmicas. Si examinamos la naturaleza, podremos
ver en ella complejos patrones de diseño, mapas que llevan hacia
fuerzas en conflicto. Cada configuración esta compuesta de unos
pocos elementos sencillos. Aparecen en distintos ordenes de magnitud,
recombinados, revueltos, .. pero siempre idénticos. Enteros, o a
tamaños medio, de un cuarto, de una octava parte, también dobles,
cuádruples.. Ya que la apariencia es independiente de la escala,
esta propiedad de los diseños es conocida como autosimiliridad.
Lo curioso es que
tantos procesos y objetos posean esta propiedad . Los ríos se ramifican
en riachuelos, los riachuelos en arroyos, y los arroyos en corrientes
cada vez más y más pequeñas. En los pulmones, los vasos
sanguíneos pasan por unas 15 bifurcaciones similares a si mismos
antes de alcanzar el tamaños de los capilares donde termina la autosimilaridad.
Un proceso iterativo es un eficiente mecanismo para
generar estructuras elaboradas con un mínimo gasto de
energía e información. Se lleva a cabo una operación y esta produce
un resultado, que llamamos x. Este resultado vuelve
a introducirse en el proceso para producir otro resultado x, y así
sucesivamente. Cada paso es una iteración ; el proceso entero
se suele denominar bucle de realimentación. Durante los últimos
40 años, los proceso iterativos han pasado por el escrutinio de
cristalografos, biólogos, genetistas e investigadores en inteligencia
artificial.
La mejor manera de entender un modelo Origami es dibujar lo que
se suele llamar un patrón doblado. Para derivar el patrón de doblado
de una modelo hay que desdoblar el papel, dejarlo liso, y dibujar
sus dobleces más importantes ; no los detalles, sino los que contienen
su geometría esencial. El patrón de doblado es, por necesidad, una
abstracción, la reducción de una forma complicada a su estructura
interna.
Dibujando
los patrones de doblado de las cuatro bases fundamentales descubrimos
una notable progresión. La más simple, la base de la cometa, esta
constituida por seis triángulos, dos de un tipo y cuatro
de otro. Un triángulo pequeño y dos grandes forman un modelo
repetitivo. Al desdoblar el modelo, reconocemos los mismos elementos
simples una y otra vez. Dos módulos forman una base de cometa ;
cuatro una de pez ; ocho, una de pájaro ; ¡ dieciséis una de rana
! Repetir el modulo en escalas más y más pequeñas lleva inexorablemente
de la base de la cometa a la de pez, de la de pez a la de pájaro,
de la de pájaro a la de rana. Hasta ahí es hasta donde llegan los
japoneses. Pero no hay ninguna razón para detenerse en este punto.
La operación
para reproducir bases se convierte en un bucle de realimentación.
En resumen,
dependiendo de las preferencias de cada doblador, el ORIGAMI puede
considerarse como arte, o como ciencia, Los pliegues no son más
que transformaciones geométricas ( simetrías, giros, translaciones),
a veces bastantes complejas, y pueden ser estudiadas en términos
geométricos, topológicos....Puede mencionarse los dobladores que
usan la papiroflexia para demostrar teoremas geométricos, incluso
hay algún que otro libro sobre resolución de ecuaciones de tercer
grado, o sobre topología algebraica basados ni más ni menos que
en el ORIGAMI. |