Por Rafael Rodríguez Ramos
Este juego es relativamente desconocido a la vez que su planteamiento es muy
sencillo. Además, se puede atacar desde diversas disciplinas (lógica, álgebra,sentido común) y con todas se llega a la misma solución, pero ha
ocurrido muchas veces que personas de contrastada capacidad se niegan en
redondo a aceptar la resolución y siguen considerando que sus argumentos y
lo que se infiere de ellos (aunque sea distinto a la respuesta correcta) son
los buenos, y no hay forma de que se apeen del burro.
Veamos:
En un recipiente de 2 litros de capacidad tenemos 1 litro de café puro y en
otro igual, un litro de leche sola.
Del recipiente que contiene el café se rellena una taza (da igual su
capacidad pero para simplificar podría ayudar suponer que es de 20
Centilitros) y se echa sobre el litro de leche.
De la mezcla resultante, se remueve bien (aunque no es necesario tampoco que
la disolución sea perfecta y por tanto sus porcentajes proporcionales a la
jarra y la taza, también podríamos suponer por simplicidad que lo es) y se
vuelve a rellenar la taza para echarla encima del café.
Con esa operación (coger taza de café, echarla sobre la leche, remover,
coger taza de la mezcla y echar sobre la leche) es trivial comprobar que al
final, en cada jarra o recipiente tenemos un litro. Pues bien, la pregunta
es:
¿Qué hay al final, más leche en el de café o café en el de leche (o igual)?
Ojo, que lo que no se pregunta es si hay más leche o más café en la jarra
que tenía inicialmente la leche (pues es obvio que si la taza tiene 20 cl
habrá más leche que café en donde inicialmente estaba lleno de leche) si no, ¿Hay más leche en el recipiente que contenía todo el café que café en el que
tenía inicialmente la leche?
La respuesta, si se entiende a la primera parecerá sencillísima y obvia,
pero seguro que muchos seguirán pensando que no es correcta.