Todas las respuestas
recibidas a este problema antes del 8 de Abril están aquí. En
mi opinión, no hay ninguna que responda directamente a la pregunta,
pero éste es un problema escurridizo y es difícil decidir sobre
su corrección, así que me limito a añadir una que aparece en el
libro de Martin Gardner “Izquierda y Derecha en el Cosmos” (publicado
por Salvat) y la mía.
Los espejos en realidad
no invierten derecha e izquierda como tal, sino que reflejan directamente
la imagen que tienen enfrente de sí sin ninguna modificación.
(Eneko Elizondo Urrestarazu)
Los espejos no es que den
la vuelta a la imagen, sino que hacen rebotar la luz que rebota
previamente en nosotros. La luz que nos da a nosotros, que es
lo que todos ven de nosotros, sale de nosotros en todos los ángulos,
esos rayos en un ángulo (todos en el mismo) rebotan en el espejo
y vuelven hacia atrás en la misma alineación (desde delante se
ve igual, pero desde nuestra posición se ve al revés). Pues de
cada uno de esos haces de rayos, un grupo (una imagen) llega a
nuestros ojos, que desde nuestra situación parece ser al revés.
Lo esencial es que al mantener el mismo ángulo y velocidad los
rayos no cambian de posición. Es fácil ^_^. (Gabriel González
Zamudio).
Porque es igual que si
vieras una persona igualita a ti enfrente, lo único que se invertiría
fueran los lados de derecha a izquierda. (Arlon Marambio)
Supongo que debido a que
tenemos los ojos situados separados horizontalmente, y eso hace
que al ver nuestra imagen (u otra) en un espejo, es como si viéramos
una fotografía, y localicemos derecha e izquierda, en relación
a nuestro sistema visual. Si anduviéramos siempre con la cabeza
horizontal (cuerpo paralelo al suelo y siempre en la misma posición),
delante de un espejo veríamos el suelo y la tierra cambiados de
sitio. Alguien hizo una vez un experimento en el que se le colocaba
a un individuo un prisma inversor delante de los ojos, de modo
que el cielo lo veía debajo y la tierra en lo alto, pasaron muy
pocos días para que se desenvolviera con toda normalidad. Es solo
un problema de aprender a interpretar las imágenes que nos transmiten
los ojos. Los dentistas trabajan viendo al revés... ¿o no? (Fernando
Fernández)
Un extracto de la respuesta
del libro de Martin Gardner, que en realidad es mucho más extensa,
pero que no puedo copiar completa:
“[...] Podemos resumir
lo anterior como sigue. Un espejo, cuando usted está frente a
él no muestra en absoluto preferencia entre derecha e izquierda,
entre abajo y arriba. El espejo invierte la figura, punto por
punto, a lo largo del eje perpendicular a él. Tal inversión transforma
automáticamente una figura asimétrica en su enantiomorfa. A causa
de que somos bilateralmente simétricos, nos parece conveniente
describir este proceso como una inversión derecha-izquierda. Pero
se trata sólo de una manera de hablar de una convención en el
uso de las palabras.”
Mi propia opinión es más
parecida a ésta última, en el sentido de que pienso que es más
bien una cuestión de lenguaje. Matemáticamente está clarísimo
lo que hace un espejo: la imagen que se observa es una reflexión
de la original con respecto al plano en el que está contenido
el espejo (de ahí la palabra “reflexión”, imagino). Lo que ocurre
es que arriba, abajo, izquierda y derecha no son conceptos análogos:
los dos primeros son conceptos absolutos, o como mínimo no cambian
con nuestro punto de vista. Por el contrario, “izquierda” y “derecha”
cambian según nuestra propia posición. Si yo digo “he dejado el
libro encima de la mesa”, todo el mundo sabe lo que quiero decir;
pero si digo “el libro está a la izquierda de la mesa”, alguien
puede decirme “pero, ¿vista desde dónde? ¿Desde la puerta, o desde
el otro extremo de la habitación?”. De ahí que, como dice la respuesta
anterior, prefiramos describir la inversión de los espejos como
izquierda-derecha en lugar de arriba-abajo.
De todas formas, esto es
algo abierto. Cualquier opinión será bien recibida, y gracias
por el interés.